Como enfrentar el duelo sin deprimirte
La pérdida de un ser querido es uno de los momentos más difíciles de la vida. El duelo es un proceso natural que todos atravesamos, pero es crucial encontrar formas saludables de manejarlo para evitar que se convierta en una depresión profunda. Aquí te dejo algunas recomendaciones para ayudarte en este camino:
- Permítete Sentir: El primer paso es aceptar tus emociones. Está bien sentir tristeza, enojo, confusión o incluso alivio. No te juzgues por lo que sientes. Date permiso para llorar y expresar tu dolor de la manera que necesites.
- Busca Apoyo: No tienes que atravesar este proceso solo. Habla con amigos, familiares o considera unirte a un grupo de apoyo para personas en duelo. Compartir tus sentimientos y escuchar las experiencias de otros puede ser muy reconfortante.
- Mantén una Rutina: Aunque puede ser difícil, trata de mantener una rutina diaria. Esto incluye alimentarte bien, hacer ejercicio y dormir lo suficiente. La estructura y la previsibilidad pueden brindarte un sentido de normalidad y control.
- Evita el Aislamiento: Es natural querer retraerse, pero el aislamiento puede agravar la tristeza. Intenta mantenerte conectado con tus seres queridos y participa en actividades sociales, incluso si no te sientes completamente animado.
- Practica el Autocuidado: Dedica tiempo a actividades que disfrutes y que te relajen. Esto puede ser leer, caminar en la naturaleza, escuchar música o cualquier cosa que te brinde paz. Cuidar de tu bienestar físico y emocional es fundamental.
- Busca Ayuda Profesional: Si sientes que el dolor es abrumador y que no puedes manejarlo solo, no dudes en buscar ayuda profesional. Un psicólogo o terapeuta puede ofrecerte herramientas y estrategias para enfrentar el duelo de manera saludable.
- Honra a tu Ser Querido: Encuentra formas de mantener viva la memoria de tu ser querido. Esto puede incluir escribirle cartas, crear un álbum de fotos, realizar una ceremonia conmemorativa o cualquier otro gesto que te ayude a sentirte conectado con su recuerdo.
Recuerda, el duelo es un proceso único para cada persona y no hay una manera «correcta» de vivirlo. Lo más importante es ser amable contigo mismo y buscar las formas de apoyo que necesites.
Si necesitas hablar o sientes que la tristeza se convierte en algo más profundo, no dudes en contactarnos. Estamos aquí para ayudarte.
Mentoria – Centro en Psicología
Lear MoreApoyo Psicológico en la Toma de Decisiones sobre el Final de la Vida
La toma de decisiones sobre el final de la vida es un proceso profundamente personal y emocionalmente complejo. Como psicólogos, nuestra labor es proporcionar apoyo y orientación a los pacientes y sus familias durante este momento crítico. Aquí exploramos cómo el apoyo psicológico puede facilitar este proceso.
Comprensión y Clarificación de Valores Personales
Uno de los primeros pasos en el apoyo psicológico es ayudar a los pacientes a identificar y comprender sus valores y deseos personales. ¿Qué consideran más importante en sus últimos días? ¿Desean pasar tiempo con la familia, evitar el dolor, o quizá mantenerse en un entorno familiar? Al aclarar estos valores, los pacientes pueden tomar decisiones más alineadas con sus deseos personales.
Comunicación Abierta y Honesta
La comunicación abierta y honesta es crucial en el proceso de toma de decisiones sobre el final de la vida. Los psicólogos pueden facilitar conversaciones difíciles entre pacientes, familias y profesionales de la salud. Estas conversaciones pueden incluir discusiones sobre opciones de tratamiento, deseos de reanimación y otros aspectos del cuidado al final de la vida. La meta es asegurar que todos los involucrados comprendan los deseos del paciente y trabajen juntos para respetarlos.
Manejo del Estrés y la Ansiedad
La incertidumbre y el miedo pueden ser abrumadores durante esta etapa. A través de técnicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC), mindfulness y la terapia de aceptación y compromiso (ACT), los psicólogos pueden ayudar a los pacientes a manejar el estrés y la ansiedad. Estas técnicas no solo mejoran el bienestar emocional del paciente, sino que también les permiten tomar decisiones con mayor claridad y tranquilidad.
Soporte en la Toma de Decisiones Médicas
La toma de decisiones médicas en el final de la vida puede ser especialmente difícil debido a la cantidad de opciones y el peso emocional involucrado. Los psicólogos pueden ayudar a los pacientes a procesar la información médica y a evaluar las opciones disponibles. Esto incluye la consideración de tratamientos paliativos versus tratamientos curativos, así como las implicaciones de cada opción.
Apoyo a las Familias
Las familias también enfrentan una carga emocional significativa durante este tiempo. Los psicólogos pueden ofrecer apoyo a los seres queridos del paciente, ayudándoles a comprender y aceptar las decisiones del paciente, así como a manejar su propio duelo y estrés. El objetivo es crear un entorno de apoyo donde todos se sientan escuchados y comprendidos.
Conclusión
El apoyo psicológico en la toma de decisiones sobre el final de la vida es fundamental para asegurar que los deseos del paciente se respeten y que se tome en cuenta su bienestar emocional. A través de la clarificación de valores, la comunicación abierta, el manejo del estrés y el apoyo a las familias, los psicólogos desempeñan un papel vital en este proceso. En última instancia, nuestro objetivo es facilitar una transición lo más serena y digna posible para el paciente y sus seres queridos.
Lear MorePsicología para Pacientes Terminales y sus Familias
Orientación Psicológica a Pacientes Terminales y sus Familias
En el contexto de enfermedades avanzadas o terminales, la psicología emerge como un pilar fundamental en la atención integral. Tanto el paciente como su familia enfrentan una travesía emocional compleja, y el papel del psicólogo es esencial para iluminar ese camino con compasión, conocimiento y empatía.
- Atención Integral y Multidisciplinaria: Los cuidados paliativos trascienden la mera gestión de síntomas físicos. El psicólogo se integra en un equipo interdisciplinario junto a médicos, enfermeras y otros profesionales. Su enfoque abarca lo humano, lo emocional y lo social. No solo alivia el dolor físico, sino también el sufrimiento psicológico y espiritual. El paciente y su familia encuentran en él un aliado que escucha, comprende y acompaña.
- Adaptación y Resiliencia: Enfrentar una enfermedad terminal es como navegar en aguas turbulentas. El psicólogo no solo proporciona un salvavidas emocional, sino también enseña a nadar. Ayuda al paciente y a su familia a adaptarse a la nueva realidad, a encontrar fuerzas en la fragilidad y a descubrir la resiliencia que reside en lo más profundo del ser humano. Juntos exploran estrategias para enfrentar el duelo, la incertidumbre y la pérdida.
- Acompañamiento Emocional y Significado: Las emociones se agolpan como olas en una tormenta. El miedo, la tristeza y la ansiedad pueden ser abrumadores. El psicólogo ofrece un refugio seguro para expresar esos sentimientos sin juicio. Además, ayuda a encontrar significado en la experiencia. A través de conversaciones profundas, el paciente y su familia descubren que incluso en la adversidad hay espacio para la esperanza y la conexión.
- Decisiones con Claridad y Dignidad: Las encrucijadas en el camino son inevitables. Decisiones médicas, cuidados al final de la vida y metas de atención se presentan como desafíos. El psicólogo guía estas conversaciones difíciles. Facilita la comunicación y la planificación compartida. El paciente puede expresar sus deseos con dignidad, y los seres queridos encuentran alivio al comprender y respetar esas decisiones.
- Apoyo a la Familia y Red de Relaciones Cercanas: La familia también lleva su cruz. El psicólogo brinda herramientas para cuidar al paciente y para que los familiares cuiden de sí mismos. Explora estrategias para manejar el estrés, comunicarse efectivamente y encontrar apoyo en amigos, vecinos y otros seres queridos. La red de relaciones cercanas se convierte en un bálsamo sanador que sostiene a todos en este proceso.
En Mentoria – Centro en Psicología, atendemos a enfermos terminales y sus familias. 🌟 1 2
Cómo Enfrentar la Depresión al Enterarse de que un Familiar Tiene Cáncer
Cómo Enfrentar la Depresión al Enterarse de que un Familiar Tiene Cáncer
El diagnóstico de cáncer en un ser querido puede generar una montaña rusa de emociones. La noticia puede ser abrumadora, y es normal sentir miedo, tristeza e incertidumbre. Como profesionales en psicología especializados en terapia para personas con cáncer, queremos ofrecerte algunas estrategias para enfrentar la depresión durante este difícil proceso:
- Comunicación Abierta: Habla con tu familiar sobre sus sentimientos y preocupaciones. La honestidad y la empatía son fundamentales. Escucha sin juzgar y valida sus emociones. A veces, simplemente estar presente y escuchar puede ser reconfortante.
- Cuidado Personal: Cuídate a ti mismo/a también. El estrés puede afectar tu salud mental. Busca apoyo en amigos, familiares o grupos de apoyo. No te sientas culpable por necesitar un descanso o un momento para ti. El autocuidado es esencial.
- Flexibilidad en los Roles: El diagnóstico cambia las dinámicas familiares. Acepta que los roles pueden modificarse. Habla sobre las nuevas responsabilidades y cómo compartirlas de manera equitativa. No asumas que debes hacerlo todo solo/a. Pide ayuda cuando la necesites.
- Evita el Optimismo Excesivo: Aunque queremos ser positivos, no ocultes tus propios sentimientos detrás de frases como “sé fuerte”. Permítete sentir y expresar tus emociones. La vulnerabilidad no es debilidad; es parte de ser humano.
- Busca Ayuda Profesional: La terapia individual o familiar puede ser beneficiosa. Un profesional puede ayudar a procesar las emociones y brindar herramientas para enfrentar la situación. No dudes en buscar apoyo de expertos en salud mental.
Recuerda que no estás solo/a. Acompañar a un familiar con cáncer es un desafío, pero también una oportunidad para crecer y fortalecer los lazos familiares. Permítete sentir, busca apoyo y recuerda que cada persona enfrenta el cáncer de manera diferente. No hay una respuesta única, pero con amor, compasión y paciencia, puedes atravesar este proceso junto a tu ser querido. En Mentoria – Centro en Psicología podemos ayudarte en ese sentido.
Lear More¿Te enojas facilmente y luego te arrepientes?
Cuando una persona se enoja muy rápido, se enoja por todo o tiene un enojo muy persistente en el tiempo, está desorganizada internamente debido al hecho de que deja libre el impulso. Analicemos algunas variables al respecto:
- a. El que acumula bronca hasta que explota. ¿Qué sucede con una persona que desde que se levanta, tiene conflictos con el colectivo/tren o con el conductor que se le cruza en el camino, discute con los hijos, pelea con la pareja, etc.? Ocurre que va acumulando todo ese enojo y el cuerpo, que es sabio, busca siempre una válvula por donde liberar toda esa tensión acumulada. ¿De qué manera? A través de la explosión. La persona explota, grita, a veces rompe objetos. ¿Es una válvula saludable? Obviamente que no. Esto es lo que experimentan muchos a diario, frente a cualquier contratiempo. En realidad, la última explosión es la válvula por la cual se libera todo lo acumulado. Otra válvula no saludable que encuentra el cuerpo es producir una enfermedad o acrecentar una ya existente. Así es como surge el estrés que es la plataforma emocional de muchas enfermedades. Mediante algún síntoma (úlcera, gastroenterocolitis, etcétera), el cuerpo avisa de la necesidad de liberar toda la tensión. En este caso, se acumula el enojo y este es encapsulado y enviado a algún órgano del cuerpo, detonando más tarde en una enfermedad.
- b. El que vive siempre enojado. Muchas veces son personas que de esta manera se sienten fuertes. El enojo les permite creer que poseen la fuerza interior para manejar las distintas situaciones.
- c. El que vive enojado solamente con ciertas personas. En el fondo, lo hace para alejar a esas personas de su vida y evitar así la intimidad.
- d. ¿Qué le pasa a la persona explosiva? Una de las peores cosas que le suceden es que gente frustrada, conocidos o desconocidos, detecta que alguien es «calentón» y lo provocan. Utilizan a la persona iracunda como un juguete para «entretenerse».
Válvulas saludables
¿Qué tenemos que hacer para no acumular tensión y terminar explotando, sea gritando, llorando, o enfermándonos? Construir válvulas de salida saludables. Observemos algunas de ellas:
- a. Evitar los disparadores. A todos nos enojan ciertas situaciones o actitudes. Puede ser la mentira, la hipocresía o realizar un trámite. En lo posible, hay que evitar eso que nos irrita. Este eludir puede servirnos como una salida de emergencia saludable.
- b. Realizar actividad física. Como por ejemplo, salir a caminar, lo que nos permite gastar energía física y activar la masa muscular. Resulta muy terapéutico. No alcanza con hablar nuestro enojo porque gran parte de la emoción negativa queda guardada en el cuerpo. Entonces, bailar o realizar cualquier actividad física que nos agrade, nos permite gastar todo ese estrés.
- c. Contar hasta cien. Aprender a hacer una pausa, como nos enseñaron nuestros abuelos. Nunca deberíamos tomar decisiones cuando estamos muy enojados, ya que en el enojo hay «visión de túnel» y no podemos tener una visión amplificada para elegir la mejor reacción. Muchas personas enojadas no quieren resolver la situación, lo que quieren es descargar su bronca. Un profesor experto en el manejo de la ira nos enseñaba que, cuando en una situación problemática hay gente enojada, solo aquel que está en calma logrará resolverla. Esperar 24 horas siempre nos permite relajarnos y ver cuál es el mejor camino.
- d. El perdón. Como ya hemos compartido en otro artículo, el perdón es algo que hacemos por nosotros mismos, pues construir un mundo interior basado en el resentimiento, que es dolor y bronca congelados, lo único que hace es producir prisioneros que somos nosotros mismos. Aprender a perdonar, a dar vuelta la página y a mirar hacia adelante nos brinda la posibilidad de tener un mejor estilo de vida.
Fuente: LaNacion-ARG.
Lear MoreCuidado con la positividad tóxica, se esconde en las frases repetidas y buenas intenciones
Podría parecer contradictorio, pero la positividad puede ser tóxica.
Definimos la positividad tóxica como la sobregeneralización excesiva e ineficaz de un estado feliz y optimista en todas las situaciones. El proceso de positividad tóxica da como resultado la negación, minimización e invalidación de la auténtica experiencia emocional humana.
Como todo lo que se hace en exceso, cuando se utiliza la positividad para encubrir o silenciar la experiencia humana, se vuelve tóxica. Al desautorizar la existencia de ciertos sentimientos, caemos en un estado de negación y emociones reprimidas. La verdad es que los humanos somos defectuosos. Nos ponemos celosos, enojados, resentidos y codiciosos. A veces la vida puede simplemente no tener valor. Al pretender que somos “personas con actitud positiva todo el día”, negamos la validez de una experiencia humana genuina.
Señales de positividad tóxica
A continuación se presentan algunas expresiones y experiencias comunes de positividad tóxica para ayudar a reconocer cómo se manifiesta en la vida cotidiana.
Ocultar/enmascarar tus verdaderos sentimientos
Tratar de “simplemente seguir adelante” reprimiendo/descartando una(s) emoción(es)
Sentirse culpable por sentir lo que siente
Minimizar las experiencias de otras personas con citas o declaraciones de «sentirse bien»
Tratar de darle una perspectiva a alguien (p. ej., «podría ser peor») en lugar de validar su experiencia emocional
Avergonzar o castigar a otros por expresar frustración o cualquier otra cosa que no sea positividad
Cuando no queremos mostrar una parte de nosotros mismos, creamos una cara falsa o una imagen pública para el mundo. Ese rostro a veces puede parecer alegre, con una sonrisa feliz, diciendo: «Todo sucede por una razón, es lo que es». Cuando nos escondemos así, negamos nuestra verdad. La verdad es que la vida puede doler a veces. Si estás enojado—y los sentimientos de enojo no son reconocidos—se entierran en lo profundo de nuestro cuerpo. Como se describió anteriormente, las emociones reprimidas pueden manifestarse más adelante en forma de ansiedad, depresión o incluso enfermedades físicas.
Es importante reconocer la realidad de nuestras emociones verbalizándolas y sacándolas de nuestro cuerpo. Esto es lo que nos mantiene cuerdos, saludables y nos alivia de la tensión causada por la supresión de la verdad. Una vez que honramos nuestros sentimientos, aceptamos nosotros mismos, lo bueno, lo malo y lo feo. Y aceptarnos tal como somos es el camino hacia una vida emocional robusta.
Cómo evitar la positividad tóxica
Algunas estrategias para evitar la positividad tóxica incluyen:
- Reconocer las emociones negativas como normales y como una parte importante de la experiencia humana
- Identificar y nombrar las emociones en lugar de tratar de evitarlas
- Hablar con personas de confianza sobre las emociones, incluidos los sentimientos negativos
- Buscar el apoyo de personas que no juzgan, como amigos de confianza o un terapeuta
Una persona puede evitar imponer una positividad tóxica a los demás al:
- Alentar a las personas a hablar abiertamente sobre sus emociones
- Sentirse más cómodo con las emociones negativas
- Evitar tratar de tener una respuesta positiva a todo lo que dice una persona.
- Reconocer que las emociones negativas intensas a menudo coinciden con emociones positivas poderosas, como cuando el dolor profundo indica un amor intenso
«Si yo pude, tú puedes»: cuidado con caer en la trampa de la falsa motivación
Con el fin de motivar, estimular e incentivar, con frecuencia hay alguien que, desde su experiencia personal, menciona la popular frase: «Si yo pude, tú puedes”.
Esta frase que pretende ser motivadora, lleva consigo una carga de negatividad escondida, porque parece indiscutible, pero llena de contradicciones a quien la escucha.
Un clásico de los gurús
Se trata de una de las expresiones predilectas de «gurús» e «influencers» de las más diversas áreas: salud y bienestar, economía, relaciones, ejercicio físico, entre otras.
Entonces surge la pregunta ¿por qué esta frase es perjudicial? ¡Si está cargada de motivación!
Pese a que a simple vista puede parecer una frase muy estimulante, está llena de dobles mensajes y verdades a medias.
Verdad a medias
Uno de los inconvenientes que presenta esta frase, es que comienza con una verdad: «Yo pude».
La persona que la dice seguramente tenga evidencia de eso que afirma: consiguió aumentar sus ingresos, superó una enfermedad compleja, conquistó a su pareja soñada, bajó un buen número de kilos y ostenta un gran estado atlético.
El problema es que esa afirmación, puede llevar a quien la escucha a creer la segunda parte, el ‘tú puedes’ como una consecuencia directa de la primera parte.
Algo así como causa-consecuencia: ante una situación inicial aparentemente (palabra clave) similar, se aplica la misma receta y se obtienen los mismos logros. Ahí está el problema.
La dificultad radica en que quien recibe el mensaje seguramente no tenga la misma historia, el mismo contexto, las mismas herramientas que quien dice la frase. Ni la vida, ni la psiquis, es lineal. Es más bien es circular.
Una causa puede producir mil consecuencias, mil causas pueden producir una sola. El éxito de otro no garantiza el propio.
Es importante que quede claro: seguramente más de uno pueda y lo logre, pero no es una obligación lograrlo, solo porque otro pudo.
Es una frase que niega la realidad de que no hay dos personas iguales, que cada uno viene de un sistema familiar distinto, desarrolló herramientas diferentes, por lo cual no los motiva lo mismo.
¿Motivación o frustración?
Además, el destinatario de la frase motivacional se siente ante «el pesado compromiso de tener que poder”, porque quien la dice «pudo» y convierte en una obligación este «poder hacer».
Puede nacer de un deseo real de querer ayudar, pero el resultado es contraproducente. La realidad es que no todos pueden lo mismo, y quien no llegue a alcanzar ese logro, en el área que sea, se va a sentir mucho más defraudado consigo mismo, desilusionado por no poder.
Ese «fracaso» muchas veces desencadena pensamientos negativos y autocondenación.
«Estaba obligado a poder -piensa esa persona-, a lograrlo, como ese otro que sí lo logró y que me está mostrando la supuesta evidencia de que el logro es alcanzable». Frente a este incumplimiento la frustración se multiplica.
Trazar un plan propio
Para alcanzar un objetivo se necesita más que frases motivacionales o copiar recetas de gurús o influencer.
Es clave planificar, equivocarse, corregir esas equivocaciones y trazar el propio plan.
Se pueden tener muchos fracasos, y sin embargo aprender y reprogramar y seguir en el camino hacia el logro.
Pero es muy difícil triunfar con un plan calcado de otra persona, sin que haya sido repensado, cuestionado y adaptado.
Empatía ante todo
Si se desea motivar a otro, el propio ejemplo y la autorreferencia, pueden ser elementos útiles, siempre y cuando no se conviertan en el peso de una obligación.
Escuchar y conocer la realidad y el contexto de otro, es más poderoso que decir frases motivadoras, pero carentes de comprensión. Es por esto que antes de decir indiscriminadamente ‘si yo pude, tú puedes’ es sano tener la empatía de comprender que no todos tienen las mismas oportunidades, y acompañar a otro, desde el lugar de la aceptación y el compromiso con sus posibilidades.
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6 hábitos que tus hijos menores no deberían tener
Los hábitos se aprenden con las acciones repetitivas. Fomenta en tus hijos buenos hábitos y no tendrás que preocuparte por su futuro.
La mayoría de los padres sabemos la importancia de fomentar buenos hábitos en nuestros hijos pequeños, porque les permitirán desarrollarse en muchos aspectos de su vida. Los hábitos son conductas repetitivas que realizamos de manera automática, es decir, sin pensar.
Formar buenos hábitos no es una tarea sencilla ya que implica mucha supervisión de los adultos para que estos sean aprendidos, pero una vez que los hijos los aplican, harán la vida de los padres más despreocupada porque tendrán la certeza que sus hijos podrán empezar a cuidarse por sí solos.
Los hábitos gestionan habilidades en su autonomía e independencia, que les permitirán enfrentarse a la vida cotidiana sin necesidad de pedir ayuda. Es decir, los niños pequeños podrán tener mayor seguridad y confianza en sí mismos al realizar las cosas que quieran o se les pida.
Por ejemplo, tener un horario fijo para dormir, lavarse las manos o los dientes, hacer la tarea, jugar, entre otras cosas, son hábitos que los hacen ser más independientes de los padres y a ser más responsables.
A pesar del gran esfuerzo que hacemos los padres para que estos buenos hábitos sean aprendidos por nuestros hijos pequeños, algunas veces nos equivocamos, ya que olvidamos ser estrictos y nos gana el ser flexibles y permisivos al aplicar algunas reglas o límites ya establecidos.
Una buena razón para generar hábitos
Tener buenos hábitos no solo les permitirá a los niños formar una buena autoestima, seguridad y confianza en sí mismos, sino que también les ayudarán a fortalecer las relaciones sociales, lo que podrá asegurar su éxito al ser adultos. Es decir, teniendo una estabilidad emocional en sus relaciones, una estabilidad laboral y financiera, entre otras cosas.
Ahora bien, no importa si has cometido errores en cuanto a ser demasiado flexible en exigirles a tus hijos aplicar los buenos hábitos. Según Ann M. Graybiel y Kyle S. Smith en su artículo “How the Brain Makes and Breaks Habits”, estos se pueden modificar y cambiar actuando de forma automática.
¿Cuáles son los hábitos que se pueden modificar fácilmente?
1. Dejar que se desvelen
Todos los niños deben tener un horario fijo para irse a dormir. El descanso les permitirá tener más energía para rendir de manera eficiente en su día a día. Además que las horas de sueño permiten que el cerebro procese la información que almacena produciendo las sustancias químicas que necesita para funcionar, lo que quiere decir, que tendrán mejor concentración y memoria.
También los niños tendrán mejor humor en su estado de ánimo, por lo que se sentirán felices y contentos la mayor parte del día. Incluso es probable que corran menos riesgos de contraer enfermedades.
2. Pasen mucho tiempo jugando videojuegos o viendo televisión
El tener una vida sedentaria es perjudicial para la salud. Por lo regular provoca aumento de peso y otras afecciones. Por ello es importante regular y controlar el tiempo que los hijos pasan jugando frente a estos dispositivos electrónicos, ya que todo en exceso es perjudicial.
Motiva a tus hijos a tener otro tipo de diversión y distracción; tal vez saliendo a andar en bicicleta, jugar con la pelota o sus juguetes; la idea es que se mantengan ocupados para que no tengan mucho tiempo libre.
3. Decir malas palabras
Sabemos que los niños aprenden con el ejemplo que le dan sus padres, pues son nuestro vivo reflejo. Sin embargo, las malas palabras las pueden aprender del colegio o de algún programa de televisión, es algo que no siempre se puede controlar.
Pero fomentar el hábito de no decir groserías es importante, ya que los niños se acostumbrarán a no decirlas. En este hábito también se trabaja con las emociones, enseñar a los hijos a controlar sus emociones negativas les será de mucha ayuda para fortalecer sus relaciones sociales.
4. Tener desordenada la habitación
La imaginación de los niños no tiene límites. Es por ello que siempre sacan todos sus juguetes para crear aventuras inimaginables y fantásticas. Sin embargo el desorden genera caos, inclusive contrayendo problemas en la salud física y emocional.
Si eres firme en fomentar este hábito tus hijos aprenderán de la limpieza, el orden y se sentirán con mejor estado de ánimo. Se convertirán en personas más productivas, eficientes y rendidoras; podrán concentrarse mejor en sus estudios y realizarán las cosas más rápido.
5. Higiene
Es fundamental que los niños aprendan de higiene para mejorar su salud física y así evitar que se enfermen con frecuencia. Bañarse diariamente, lavarse las manos antes de alimentarse y después de jugar, lavarse los dientes; son algunos hábitos fundamentales que se deberían aplicar diariamente.
Evita ser complaciente al dejar que estos hábitos de higiene no se cumplan correctamente, ya que así estarás más tranquila al tener la seguridad de que tus hijos siempre cuidarán de su salud.
6. Comer comida chatarra
Algunos estarán de acuerdo conmigo al decir que la comida chatarra es deliciosa, las papas fritas, las hamburguesas, los dulces y demás. Pero la realidad es que este tipo de alimentación es muy perjudicial para la salud. Por ello es importante fomentar el buen hábito alimenticio y así evitar graves consecuencias.
Si los niños aprenden que la comida chatarra solo se come en ciertas ocasiones y no diariamente, estarás contribuyendo en fortalecer su salud física y mental.
Los hábitos se aprenden con las acciones repetitivas, así será más sencillo que tus hijos las apliquen en su vida cotidiana. Procura ser firme al establecer las reglas y límites, así lograras tus objetivos más fácilmente.
¿Cómo afrontar la pérdida de un ser querido?
Las investigaciones muestran que la mayoría de las personas pueden recuperarse de la pérdida por sí solas con el paso del tiempo si cuentan con apoyo social y hábitos saludables.
Hacer frente a la pérdida de un amigo cercano o familiar puede ser uno de los desafíos más difíciles que muchos de nosotros enfrentamos. Cuando perdemos a un cónyuge, hermano o padre, nuestro dolor puede ser particularmente intenso. La pérdida se entiende como una parte natural de la vida, pero aún podemos ser superados por la conmoción y la confusión, lo que nos lleva a períodos prolongados de tristeza o depresión. La tristeza generalmente disminuye en intensidad a medida que pasa el tiempo, pero el duelo es un proceso importante para superar estos sentimientos y continuar abrazando el tiempo que pasó con su ser querido. En casos donde los efectos sean extensos o llevan a depresión, se necesita la orientación de un psicólogo.
Todos reaccionan de manera diferente a la muerte y emplean mecanismos personales para afrontar el dolor. Las investigaciones muestran que la mayoría de las personas pueden recuperarse de una pérdida por sí mismas con el paso del tiempo si cuentan con apoyo social y hábitos saludables. Puede llevar meses o un año aceptar una pérdida. No existe un período de tiempo «normal» para que alguien sufra. Tampoco espere pasar por fases de duelo, ya que las investigaciones sugieren que la mayoría de las personas no pasan por etapas como pasos progresivos.
Si su relación con el fallecido fue difícil, esto también agrega otra dimensión al proceso de duelo. Puede tomar algo de tiempo y pensar antes de que pueda mirar hacia atrás en la relación y adaptarse a la pérdida.
Los seres humanos somos naturalmente resilientes, considerando que la mayoría de nosotros podemos soportar la pérdida y luego continuar con nuestras propias vidas. Sin embargo, algunas personas pueden luchar contra el dolor durante períodos de tiempo más prolongados y sentirse incapaces de realizar sus actividades diarias. Las personas con duelo severo o duelo complicado podrían beneficiarse de la ayuda de un psicólogo profesional.
Seguir adelante con la vida
Lamentar la pérdida de un amigo cercano o familiar lleva tiempo, pero las investigaciones nos dicen que también puede ser el catalizador para un sentido renovado de significado que ofrece un propósito y una dirección a la vida.
Las personas en duelo pueden encontrar útil usar algunas de las siguientes estrategias para ayudarlas a procesar y aceptar la pérdida:
Hable sobre la muerte de su ser querido con amigos o colegas para ayudarlo a comprender lo que sucedió y recordar a su amigo o familia. miembro. La evitación puede conducir al aislamiento e interrumpirá el proceso de curación con sus sistemas de apoyo.
Acepta tus sentimientos. Puede experimentar una amplia gama de emociones desde tristeza, enojo o incluso agotamiento. Todos estos sentimientos son normales y es importante reconocer cuándo se siente así. Si se siente atrapado o abrumado por estas emociones, puede ser útil hablar con un psicólogo autorizado u otro profesional de la salud mental que pueda ayudarlo a sobrellevar sus sentimientos y encontrar formas de volver al camino.
Cuídese y cuide a su familia. Comer alimentos saludables, hacer ejercicio y dormir lo suficiente puede ayudar a su salud física y emocional. El proceso de duelo puede afectar negativamente al cuerpo. Asegúrese de comunicarse con sus seres queridos y de que estén tomando las medidas saludables necesarias para mantener su salud.
Comuníquese y ayude a otros a lidiar con la pérdida. Pasar tiempo con los seres queridos del fallecido puede ayudar a todos a sobrellevar la situación. Ya sea para compartir historias o escuchar la música favorita de su ser querido, estos pequeños esfuerzos pueden marcar una gran diferencia para algunos. Ayudar a los demás también tiene el beneficio adicional de hacerte sentir mejor.
Recuerde y celebre la vida de sus seres queridos. Los aniversarios de un ser querido perdido pueden ser un momento difícil para amigos y familiares, pero también puede ser un momento para recordarlos y honrarlos. Puede ser que decida recolectar donaciones a una organización benéfica favorita del difunto, pasando un apellido a un bebé o plantando un jardín en la memoria. Lo que elija depende de usted, siempre que le permita honrar esa relación única de una manera que le parezca adecuada.
Cómo pueden ayudar los psicólogos
Los psicólogos están capacitados para ayudar a las personas a manejar mejor el miedo, la culpa o la ansiedad que pueden estar asociados con la muerte de un ser querido. Si necesita ayuda para lidiar con su dolor o manejar una pérdida, consulte con un psicólogo con licencia. Los psicólogos pueden ayudar a las personas a desarrollar su resiliencia y desarrollar estrategias para superar su tristeza. Los psicólogos en ejercicio utilizan una variedad de tratamientos basados en la evidencia, más comúnmente psicoterapia, para ayudar a las personas a mejorar sus vidas.
Lear MoreCómo los psicologos ayudan a las personas con depresión
Todos sentimos tristeza ocasionalmente.
Pero la depresión es algo mucho más serio.
La depresión consiste en una profunda tristeza o desesperación cuya duración se extiende más allá de unos pocos días, e interfiere con las actividades de la vida cotidiana, e incluso provoca dolores físicos. Afortunadamente, la depresión tiene grandes posibilidades de tratamiento eficaz.
Aunque la depresión afecta a diferentes personas en formas diversas, la mayoría experimenta alguna combinación de los siguientes síntomas:
Tristeza prolongada o sensación de vacío
Sentimientos de desamparo o desesperanza
Sentimientos de culpabilidad o inutilidad
Enojo e irritabilidad
Inquietud
Dificultad para concentrarse
Fatiga
Cambios en los patrones del sueño
Cambios de apetito
Dolor crónico, dolores de cabeza o de estómago
Pérdida de interés en las actividades que realiza
Alejamiento de familiares y amigos
Pensamientos en la muerte o pensamientos suicidas
La depresión es provocada por una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos, sociales y ambientales. Las personas con historia familiar de depresión, así como las que sufren enfermedades severas como enfermedad del corazón o cáncer, corren el mayor riesgo de depresión. Asimismo, los cambios importantes en la vida, el trauma y el estrés también pueden resultar en un episodio de depresión, aunque algunos de éstos pueden producirse sin ninguna causa externa obvia.
Tratamiento para la depresión
La depresión no es una señal de debilidad. Tampoco es algo de lo cual una persona pueda recuperarse repentinamente. Es una enfermedad que necesita tratamiento profesional. Pero con la atención adecuada, el paciente se puede sentir mejor.
Los medicamentos antidepresivos pueden ser útiles para reducir los síntomas de depresión en algunas personas, especialmente aquellas con trastornos severos. La psicoterapia es también un tratamiento efectivo, ya sea de forma independiente o en combinación con medicamentos. Entre los beneficios de la psicoterapia está un efecto duradero que protege al paciente contra el retorno de los síntomas, incluso después de concluir el tratamiento.
Consulte a un psicólogo en caso de depresión.
Los psicólogos certificados son profesionales de salud mental con conocimientos, capacitación y experiencia en ayudar a los pacientes a recuperarse de la depresión. Se ha demostrado que varios métodos de psicoterapia contribuyen a la recuperación de personas con depresión, especialmente aquellas con depresión leve a moderada.
La psicoterapia ayuda a los pacientes con depresión a:
Determinar con precisión los acontecimientos existenciales que contribuyen a su depresión, y buscar maneras de transformar, aceptar o adaptarse a esas situaciones.
Crear objetivos realistas para el futuro.
Identificar los procesos distorsionados de pensamiento y conductas poco útiles que contribuyen a la existencia de sentimientos de desamparo o desesperanza.
Crear destrezas para hacerles frentes a los síntomas y problemas, e identificar o prevenir episodios futuros de depresión.
No existe un método “único” en lo que respecta a la terapia. Los terapeutas trabajan en estrecha colaboración con sus pacientes para crear planes de tratamiento personalizados que satisfagan sus necesidades y preocupaciones específicas. La psicoterapia puede contribuir a que los pacientes conozcan formas de enfrentar con mayor efectividad el estrés, y controlar sus síntomas de depresión. Estas estrategias pueden propiciar la recuperación y el mejor desempeño de los pacientes en todas sus actividades.
La depresión en niños y adolescentes
La depresión es un trastorno común de la adolescencia.
A menudo, los adolescentes suelen ser temperamentales. Pero si su hijo o hija adolescente es extremadamente irritable, confronta problemas continuos de motivación, o accesos de tristeza persistente que duran dos semanas o más, es buena idea hacerle una evaluación para detectar depresión.
Si bien los medicamentos antidepresivos suelen ser efectivos en niños y adolescentes, también pueden provocar efectos colaterales en los jóvenes, como un mayor riesgo de tener pensamientos suicidas. Por tal razón, muchos padres y proveedores de servicios de salud prefieren probar primero con la psicoterapia. Tanto la terapia cognitiva y de conducta (CBT) como la terapia interpersonal (IPT) son tratamientos efectivos para jóvenes con depresión. Además, varios estudios revelan que una combinación de antidepresivos y terapia cognitiva y de conducta, es altamente exitosa en el tratamiento de la depresión juvenil.
La buena noticia es que la mayoría de los jóvenes se recuperan de la depresión. Sin embargo, las investigaciones destacan que las personas que sufrieron de depresión en la infancia, corren mayor riesgo de recurrencia en la adolescencia o la adultez. Tanto la CBT como la IPT pueden contribuir a que los niños reconozcan las señales de un episodio depresivo, para que puedan supervisar sus síntomas y pedir ayuda rápidamente en caso de recurrencia.
Fuente: APA (Asociación Americana de Psicología)
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